Cuando salió a la luz que la hija de Sarah Palin, la candidata republicana a la vicepresidencia de los Estados Unidos, está embarazada a sus diecisiete años y que contraerá nupcias en un futuro próximo debido a ese embarazo, pareciera que nos encontramos frente a la eterna doble pregunta de hasta dónde debemos llegar en el escrutinio de la vida privada de nuestros gobernantes y qué aspectos de esa vida pueden realmente afectar el desempeño en el ejercicio del poder.
Sin embargo, en este caso en particular, no se trató de un escrutinio exagerado que develó un secreto oculto, sino de una muy premeditada operación de inoculación: tal como lo reseña William Saletan, fue Palin quien puso a su hija en el ojo de la tormenta al decir en un comunicado que la muchacha estaba embarazada. Después de eso, es difícil acudir a la fórmula de pedir respeto por la vida privada de la muchacha, justo lo que su madre no hizo para que no pudieran atacarla al respecto. Lo que en cualquier otra familia sería una crisis del ámbito íntimo de sus miembros, en un político con aspiraciones se vuelve un tema público, quiéralo o no, y el político con ambiciones está listo para enfrentar tales situaciones. La operación de Palin demuestra cómo es falso el llamado a no inmiscuirse en la vida privada de los gobernantes, ellos están dispuestos a develar cualquier aspecto de la misma si ello es considerado incluso el mal menor.
Pero el embarazo de la hija de la candidata es un problema no porque muestre a una Sarah Palin débil o falible, contraria a aquella visión de que el gobernante debe ser un ejemplo en todo sentido. El verdadero problema es que el partido Republicano ha hecho de ciertos valores centro de sus políticas y por ejemplo Palin es una convencida de que la abstinencia es la mejor vía para combatir el embarazo adolescente y ello debe ser enseñado en la familia y en la escuela. Mary Mitchell, por ejemplo, dice que cuando los republicanos hablan del embarazo adolescente en las zonas pobres de cualquier ciudad estadounidense, no suena tan bonito como el comunicado de la situación familiar de Palin. Aquí estamos en un caso donde al parecer la vida familiar y personal sí apunta a un problema político, porque es en las políticas que el Partido Republicano quiere aplicar con respecto a la familia donde la situación familiar de Palin se convierte en una especie de autodenuncia de la efectividad de las mismas.
Play cumple cinco años
Hace 4 años.
2 comentarios:
Cuando los rumores del embarazo de su hija de 17 años comenzaron a salir en la blogsfera, Palin decidió picar delante y asumir el embarazo adolescente ante la prensa con un conveniente: "Somos humanos", que la convirtió en una darling electoral, justo lo que necesitaba McCain que tiene el carisma de lo que llama Michael Moore "Estúpido, hombre, blanco".
Aún así el tema sigue siendo muy controversial, porque no es fácil convertir a una madre adolescente forzada a casarse en un ejemplo para la juventud de ningún lugar, pero Palin está tratando, creo que no lo va a lograr.
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