A veces me doy cuenta que todavía pienso en papel. Tras escribir la entrada anterior y pensar que quería leer un poco más de Giampietro, necesité casi todo un día para que se me ocurriera escribir su nombre en Google y encontrarme con su
página personal. Aunque de buenas a primeras no he visto nada que me haya producido el mismo efecto que la estrofa de DeNiro, vale la pena darse un paseo por
este proyecto del que forma parte, todo un sistema nervioso poético.
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