Al pasar un arco de violín por el lado no dentado de un serrucho se obtiene un sonido hipnótico, psicodélico, que bien pudo haber acompañado algunos de los experimentos musicales impregandos de LSD que hicieran los Beatles y otras bandas. La música del serrucho produjo uno de los momentos cinematográficos más hermosos que yo haya visto:
el dúo para violonchelo y serrucho que tocaron Louison y Julie en
Delicatessen. También recuerdo a Simón Díaz cuando hacía del Tío Simón tocando el serrucho para sus sobrinos. Pero nunca había escuchado llevar el serrucho a estos niveles de interpretación: para darle un toque distinto a las mil y una veces escuchadas canciones de navidad,
escúchalas en serrucho, interpretadas por Julian Kostner.
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