Una pulga no puede picar a una locomotora, pero sí llenar de ronchas al maquinista... Así Libertad le explicaba a Mafalda el sentido de luchar por causas perdidas.
Con la publicación del nuevo libro de Toni Morrison, me pude enterar de una cosa realmente absurda: más de quince años después de ganar el Nobel y tras haber escrito dos o tres de los libros más importantes de la literatura estadounidense, todavía son muchos los que prefieren etiquetarla étnicamente:
2 comentarios:
Verdaderamente deprimente y absurdo.
Así es. Un abrazo.
Publicar un comentario