Decir que la mano de Luis Suárez fue trampa es no entender el fútbol, donde tocar el balón con la mano es tan parte del juego que la acción y su respectiva sanción está plenamente expresada en el reglamento. El que pide sanción especial para Suárez o Uruguay tendría que pedir lo mismo para cada una de las faltas que se cometen en un juego. Porque la mano no es otra cosa, es una falta más, no importa con qué drama se efectúe o qué drama produzca. Y la mano de Suárez produjo todo el drama del mundo, o al menos de un continente. Cierto, que Ghana viera lo que iba a ser gol desvanecerse por esa mano tuvo un aire de injusticia, una sensación de vacío en el reglamento, como si la regla necesitara un inciso: mano en la línea de gol es gol y Ghana ganó. Pero luego, que fallando el penalty Ghana perdiera la segunda clara oportunidad de convertirse en el primer equipo africano que alguna vez clasificara a la semifinal del mundial, transformó el resultado en un sino del destino; Suárez dice que ahora él tiene la mano de Dios, pero no, su mano fue la del colonialismo, la mano que durante toda la historia le ha robado a África lo que África tenía ahí al alcance.
DIcho esto, Suárez hizo lo que todo futbolista debe hacer: evitar a como dé lugar que ese balón entre en la red. Ya el hecho de que como centrodelantero se mantuviera en la línea de gol protegiendo su valla cuando su arquero quedó vendido y que inmediatamente antes de la mano ya hubiera salvado otra sobre la raya, habla de un jugador especial. Contra Corea fue figura con dos goles, el segundo una auténtica joya. Contra Ghana, garantizó su presencia en las páginas de la historia del mundial con uno de esos momentos que para siempre serán controversiales, admirados o detestados. En mi humilde posición, lo de Suárez fue instintos, fue pundonor, fue deseo de ganar y sobre todo furia ante la posibilidad de salir derrotado. Lástima que haya sido contra un equipo africano al borde de un pase histórico a semifinales.
2 comentarios:
De acuerdo con todo, menos con lo de la mano del colonialismo.Qué tiene que ver? En este juego hubo dramatismo, pero el sino político de Africa, nada tiene que ver con la acción de Suárez.
Saludos.
Ehitel, muchas gracias por leer y por comentar.
Tampoco Dios tuvo que ver, pero todo el mundo lo mete en el asunto. Juego precisamente con eso, el que dijo que ahora la mano de Dios le pertenece a él fue el propio Suárez, y si la mano fue símbolo de algo me sigue pareciendo mucho mejor el símbolo de un robo más a África que el símbolo de un Todopoderoso ayudando desde las alturas.
Un gran abrazo y espero sigámosnos leyendo y comentando.
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