Buscar en la Pulga

8 de diciembre de 2008

Por una d

En mi trabajo comparto con estadounidenses, mexicanos, guatemaltecos, bolivianos, nicaragüenses, dominicanos, cubanos, colombianos, argentinos, españoles, ecuatorianos, peruanos y venezolanos, todos -incluyendo a los estadounidenses, en su condición de primera minoría y dueños del patio- intentando mantener su identidad, esa cosa extraña que no sabemos qué es exactamente pero que nos permite reconocernos. Por eso, en la oficina somos respectivamente más estadounidenses, mexicanos, guatemaltecos, bolivianos, nicaragüenses, dominicanos, cubanos, colombianos, argentinos, españoles, ecuatorianos, peruanos y más venezolanos. Eso nos permite darnos cuenta de las similitudes y de las diferencias, tanto de las grandes como de las pequeñas, hasta de las muy muy pequeñas.
Una de esas muy pequeñas diferencias es un tanto ridícula, pero me produce una cierta alegría infantil (en el sentido de inmadura, no de niñez). Los venezolanos, al parecer, somos los únicos latinoamericanos que le quitamos la d a la palabra pedo y simplemente decimos peo. Lo hicimos hace muchísimo tiempo, porque expresiones como el pagapeo -persona que tiene que correr con las culpas o consecuencias de las acciones de otro; el pagapeo más famoso de la historia sería Lee Harvey Oswald- tiene su origen en tiempos de la colonia, cuando los mantuanos que sufrían de flatulencias andaban con un esclavo al que culpaban de los malos olores que producían.
Debido a esa eliminación de la d, ahora no puedo escuchar la palabra pedo sin sentirla elegante. ¿Puede serlo incluso en diálogos como el de hace un par de días?: "-¿Estuviste en Chicago el invierno pasado? -No. -Bueno, hubo una semana en que hizo -30º como tres días seguidos, te tirabas un pedo y lo oías caer y romperse". Sí, no puedo evitarlo, me suena extremadamente elegante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jejejejeje, que bueno tu artículo. No sabes como me he reído y recordado esos cuentos de la historia venezolana narrados por Elena Plaza.

Luis Alejandro Ordóñez dijo...

Muchas gracias, qué bueno que lo hayas disfrutado. Buenas las clases de Elena Plaza, la verdad me hubiera gustado tomar más cursos con ella porque sólo tuve la oportunidad de ver un seminario. Muchos saludos