La naranja a lo que salga

Holanda gana pero con muy poco. Gana trabando al rival y saliendo a trompicones para ver si la lucha de van Persie o los disparos de van der Vaart y Sneijder tienen algún resultado. Esta vez, un potente chute de Sneijder que quemó al portero fue la diferencia. Con dos victorias ya en su haber, de todos modos sabe a poco esta Holanda.

El trabajo de van Persie es meterse entre los centrales contrarios y pelear, pelear, pelear a ver si pesca una, como si fuera un centrodelantero de esos de antaño. Pero si el director técnico holandés quería jugar con un centrodelantero típico, debería poner a un centrodelantero típico en cancha. Con al menos un Huntelaar en la banca es absurdo tener tan sacrificado a van Persie en una posición donde no brilla.

A pesar de su gol, Sneijder está en deuda. Se supone que él sea el gran conductor del juego naranja, pero no conduce, pasa desapercibido, no le ha dado una con claridad a van Persie o a Kyut y pareciera que la presencia de van der Vaart a su lado lo incomoda. Yo insisto que alguien sobra entre van der Vaart, Sneijder, van Bommel y de Jong. No basta con tener el talento en la cancha, también hay que darle espacios para que pueda brillar, y el planteamiento de Holanda está impidiendo que el talento de Sneijder y de van Persie se muestren. No en balde, cuando los cambios de Holanda despejan el mediocampo, vienen los ataques más claros del equipo.

Una jugada donde se juntaron un mal despeje, un rebote con mala suerte y unas manos flojas del portero que se vio fusilado, eso fue todo lo que el orden japonés le permitió a Holanda y pagó con ello. Pero en el fútbol no se puede vivir sólo de orden y ya contra Camerún la renta había sido muy alta debido a la ingenuidad de los centrales cameruneses. A Japón le falta talento arriba. Con su defensa ordenada y de constantes relevos en la marca, cuesta ganarle, pero también a ellos les cuesta mucho ganar, sobre todo a selecciones que, como Holanda, pueblan la media cancha de jugadores que cortan juego y tienen una línea de cuatro que no suele cometer errores.