En Suramérica el talento está concentrado y para clasificar al mundial los mejores equipos tuvieron que enfrentarse entre sí. Claro, eso puede parecer injusto cuando te llamas Colombia, Ecuador o Venezuela, equipos que quedaron a uno, uno y dos puntos respectivamente de la última opción clasificatoria al mundial de su zona, pero a la hora de producir selecciones más competitivas sin duda eso funciona mejor que permitir que un grupo de clasificación al mundial sea formado por Suiza, Grecia, Letonia, Moldavia, Israel y Luxemburgo. No es extraño que tanto Suiza como Grecia hayan quedado eliminadas del mundial, mostrando muchas limitaciones sobre todo a la hora de ir a buscar los partidos y los resultados.
Hasta la eliminatoria de la Concacaf está resultando más competitiva, porque un equipo como Honduras, durante las eliminatorias tuvo que enfrentarse seis veces a equipos hoy clasificados a octavos de final. En la Concacaf, que tiene 35 países, la mayoría muy débiles, la clasificación se decide en una liguilla final entre los mejores, obligando a los países importantes a estar en forma so pena de quedar eliminados.
En cambio, los equipos europeos están llegando al mundial tras escapar de crisis latentes, como la de Francia, de renovaciones postergadas, como el caso de Italia, y de su simple bajo nivel, como Grecia y Suiza. Las eliminatorias en Europa tienen que ser más competitivas, no todas las selecciones europeas tienen alto nivel, son muchas las que se sabe de antemano no tienen chance y hasta el torneo de los clubes campeones de Europa, la Liga de Campeones, tiene fase previa para poner a prueba la capacidad de equipos que vienen de ligas muy pequeñas. No tiene nada de malo que San Marino, Luxemburgo, Islas Faroe, Estonia, Malta, entre otras, se eliminen primero y así se reduzca el número de grupos clasificatorios definitivos, se concentre el talento y se eleve el nivel general.
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