Cuando está Robben en cancha, Holanda es distinta porque Robben es un jugador diferente. Sólo la fragilidad de su cuerpo, que lo hace permanentemente víctima de lesiones, ha hecho que Robben no esté al nivel de Messi o de Cristiano Ronaldo. Pero cuando Robben está en cancha, cualquier cosa puede suceder. Y así fue contra Eslovaquia, un equipo ordenado, que no suele perder las marcas, pero que por ese mismo orden no vio necesidad de cuidar a un jugador escorado hacia la derecha en su propia cancha cuando el juego estaba en la izquierda. Holanda recuperó el balón y de inmediato Robben encendió los motores, viene el pelotazo en diagonal de cuarenta metros que Robben recibe, acelera, llega al borde del área y cambia el ritmo, recorta hacia la izquierda, toma perfil y patea, gol, Holanda no necesitó más para ser demasiado para Eslovaquia.
Robben entra por la derecha y recorta para de perfil zurdo chutar al arco; Robben entra por la izquierda y da el pase gol. La circulación de Robben hace difícil marcarlo, abre espacios y defensas y aumenta referentes. Con Robben en la cancha, Sneijder tiene más juego, tiene más opciones de pase y de lucir su visión con pases largos como el del primer gol. Con Robben en cancha, el esfuerzo de Kuyt tiene más sentido porque arrastra marcas y desubica defensores. Con Robben en cancha hasta van Bommel tiene subida. El sacrificado es van der Vaart, quien no estaba disponible para el juego de hoy pero que debería quedar siempre en la banca porque entorpece el accionar de Sneijder y aunque su pierna genera peligro si encuentra perfil, su aporte ofensivo no es comparable al de Robben.
El penalty del final hace que un gol extraño, de viveza de los holandeses, haya sido clave para el resultado y el pase de Holanda a cuartos. Los eslovacos en esa jugada y en los minutos previos estuvieron mentalmente fuera del partido. Extraño, porque el juego iba apenas 1-0 y no hubo influencia del árbitro en jugadas controversiales. Otro equipo que la presión de octavos le quedó grande.
Holanda defiende siempre con seis hombres, a veces con ocho. Difícil para Eslovaquia, que no tiene cómo abrir defensas bien plantadas. Las únicas tres donde el toque en corto al borde del área y el recorte hacia adentro para perfilarse se les dio, estuvieron a punto de empatar en dos y en la última llegó el penalty que solo sirvió para adornar el marcador. Holanda resintió esas jugadas, sobre todo porque el exceso de hombres llevó a que alguno perdiera su referencia y no saliera a tiempo para dejar en offside al contrario. Es una alarma de cara al partido en cuartos, donde enfrentarán a un equipo hábil en el toque corto y en el recorte, sea Brasil o sea Chile.
Cuando uno ve a Eslovaquia, a lo poco que pudo hacer frente a una defensa que no se descoloca y que defiende con muchos, más impresiona que le hayan ganado a Italia. La crisis de Italia puede ser larga.
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