Los carros japones se hicieron populares por su confiabilidad, después vinieron los lujos. Así es esta selección japonesa, con pocas florituras pero segura y confiable como un Honda de principios de los 90; no en balde Honda metió el gol de la victoria.
Japón mostró cómo se exaspera a una selección con pretensiones. Le achicó los espacios a Camerún y le pobló la cancha. Cuando un camerunés tomaba la pelota tenía dos opciones: o corría hacia un lugar donde se aislaba o tenía que luchar contra dos o tres japoneses. Claro que un Eto'o en cualquier momento puede quitarse a tres defensas de encima y crear peligro, y de hecho Camerún estuvo cerca del empate por ello. Pero ni Eto'o puede ganar siempre contra tres ni el resto de Camerún se llama Eto'o.
Los equipos se construyen de atrás hacia adelante. Qué importa si tienes a Eto'o cuando los dos centrales de Camerún saltan a la misma pelota y los sobra a los dos. Y no tienes que ser Eto'o cuando los dos centrales del equipo contrario quedan pagando y te dejan recibir un centro en el área pequeña de frente a la portería.
El lateral izquierdo de Camerún, Assou-Ekotto, juega con la etiqueta del short por fuera. No sé qué podrá significar ello, pero es el primer defensa que le da ambigüedad a la expresión "tiene gusto por la marca".
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