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29 de junio de 2010

El día que Carlos Queiroz mató al fútbol portugués

Ganó España, pero uno se pregunta si no lo perdió Portugal. Lo perdió desde antes, muchísimo antes. Lo perdió desde que Carlos Queiroz tomó las riendas de la selección y decidió que a él lo que es el fútbol portugués no le gusta y se empeñó en cambiarlo, en quitarle todo lo bonito, en que Cristiano Ronaldo no tenga una, en que Simao parezca un tronco, en pegar y destruir. Contra Costa de Marfil no nos dimos cuenta porque fue un partido de nervios de lado y lado. Contra Corea del Norte tampoco, porque Portugal le metió 7 a una selección que no sabía qué estaba haciendo en la cancha. Contra Brasil creímos que fue el armisticio porque los dos estaban clasificados. Pero en octavos no quedaron dudas. Portugal es una sombra, un bloque defensivo a ultranza y que mata toda idea, todo intento de juego de ataque, solo intenta contragolpear de vez en cuando pero lo hace con la convicción de las causas perdidas, y a veces ni eso.

Muchas críticas lloverán contra Cristiano Ronaldo, sobre todo porque a mucha gente no le gusta ese estilo modelo galán jugador que también critican a Beckham. Pero ni Cristiano puede contra el planteamiento de Queiroz. Si algo hay que criticarle a Cristiano en este mundial es que haya respetado a pie juntillas lo que su técnico le encomendó en la cancha.

Queiroz sale con Pepe, un central convertido en medio en esta selección, para que se ponga delante de los dos centrales. Con el juego 1-0 Queiroz saca a Pepe para meter a un medio defensivo como Mendes. Así, para Queiroz adelantar líneas significa pararse unos tres metros más adelante en tu lado de la cancha. Pero peores fueron los otros dos cambios. Con el juego 0-0 sacó a su única punta, Almeida, para meter otro enganche, Danny, produciendo que Simao, Cristiano Ronaldo y el propio Danny compitieran por el balón sin referente claro adelante. Pensar que Cristiano puede ser tu única punta es insólito cuando todo el potencial de él es viniendo de atrás y jugando de frente al arco, no de espaldas peleando con los centrales. Pero con el juego 1-0 y al mismo tiempo que hizo el cambio de Mendes, Queiroz metió a Liedson, un delantero centro pero que no es un auténtico cabeza de área y por eso no funcionó contra Costa de Marfil, y sacó a Simao, lo cual significó hacer al revés el cambio Danny - Almeida y poner al equipo como estaba al principio. Así, la única variación táctica que hizo Queiroz para no quedar fuera del mundial fue sacar a un defensa central que estaba jugando de medio defensivo y meter a un medio defensivo natural. Sí, Queiroz odia al fútbol portugués.

España esta vez pudo romper a una selección que solo le propuso cerrarse y cerrarse. El toque de taco que Iniesta dio para que Villa encarara al portero y definiera el partido no solo fue hermoso, fue también justiciero. El equipo que propuso, que quiso, que buscó la victoria fue el que ganó.

Villa jugó casi todo el partido pegado a la izquierda, dejando a Torres como única punta en la práctica. Eso compensa que Xavi, Busquets y Xabi son muy centrales e Iniesta es el único medio que cae por una banda. Claro, Iniesta juega por ambas bandas pero que él haya hecho el pase a Villa por la izquierda muestra la importancia de esos medios que pueden juntarse con el delantero en las bandas. España debería sacrificar o a Busquets o a Xabi Alonso y tener una línea de cuatro más abierta. Y así, incluso Xavi vería muchas más claras porque no tendría a Xabi y a Busquets tan cerca.

España luce favorito ante Paraguay, pero contra los paraguayos encontrará nuevamente un bloque rocoso, que cede la pelota al rival para robarle espacios. Contra Suiza, España no pudo, contra Portugal, sólo una genialidad de Iniesta y un rebote con suerte hizo la diferencia. Veremos cómo resuelve contra Paraguay.

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